
Análisis de artículo: Efectos del ayuno intermitente en la salud, el envejecimiento y las enfermedades
Elaboró: Dr Emmanuel Gálvez – Coordinador académico Atenea México
En este artículo de revisión publicado en el New England Journal of Medicine por Rafael de Cabo y Mark P. Mattson; del laboratorio de Neurociencias del Instituto Nacional de Envejecimiento y el departamento de Neurociencias de la Universidad de Johns Hopkins; los autores presentan una revisión sobre los efectos del ayuno intermitente. Para ello realizaron una búsqueda de toda la evidencia disponible tanto en estudios preclínicos como clínicos, con la intención de revisar, analizar, contrastar y sintetizar los hallazgos resultados reportados en la literatura.
Inician describiendo el papel del ayuno intermitente en el “cambio metabólico”, que es el cambio del uso de glucosa como combustible, al uso de ácidos grasos y cuerpos cetónicos. Esto tiene potenciales beneficios entre los que se incluyen: regulación en los niveles de glucosa, regulación en la presión arterial y pérdida de peso abdominal. También describen la relación entre el ayuno intermitente y la resistencia al estrés: el hecho de tener una exposición repetida a periodos de ayuno intermitente confiere una respuesta adaptativa para futuros eventos de estrés; esto se genera debido a un aumento en la expresión de defensas antioxidantes, reparación del ADN, control en la calidad de las proteínas, autofagia mitocondrial y regulación a la baja de la inflamación.
Finalmente, el artículo discute cuáles son las posibles aplicaciones clínicas:
- Obesidad y diabetes: mejora en factores de riesgo cardiometabólicos.
- Enfermedad cardiovascular: mejora en los marcadores cardiovasculares (lípidos, glucosa, y resistencia a la insulina).
- Cáncer: señalan que hay evidencia en estudios realizados en animales que la restricción calórica puede suprimir el crecimiento de muchos tipos de tumores además de incrementar su sensibilidad a la quimioterapia y a la radiación.
Algunas las consideraciones prácticas que señalan sobre su instrumentación son: cultura arraigada de tres comidas al día, efectos adversos (hambre, irritabilidad y disminución en la capacidad de concentración), y finalmente la falta de adiestramiento del médico para prescribirlo.
El artículo concluye diciendo que los estudios preclínicos y clínicos muestran un gran potencial de posibles aplicaciones y beneficios en la salud relacionados con el ayuno intermitente. Sin embargo, hay que esperar la generación de más evidencia, sobre todo en poblaciones no obsesas y en cuestiones relacionadas a eficacia y seguridad. Los autores terminan diciendo que también falta aún por describirse por completo cuáles son los todos los mecanismos biológicos de la restricción calórica y el ayuno intermitente.
Tiene mucho sentido, desde un punto de vista lógico, las conclusiones a las que llegan los autores; a la luz de la evidencia que revisaron, tanto clínica como preclínica, es innegable las posibles aplicaciones en el ámbito de la salud del ayuno intermitente. Pero también la segunda conclusión a la que llegan es muy importante: debe de existir mayor evidencia sobre la seguridad, eficacia, y aplicación en distintas circunstancias clínicas, antes de considerarlo como un tratamiento rutinario, dado que potencialmente pueden también tener efectos no benéficos sobre la salud.
Bibliografía:
- De Cabo, R., & Mattson, M. P. (2019). Effects of Intermittent Fasting on Health, Aging, and Disease. New England Journal of Medicine, 381(26), 2541–2551. doi:10.1056/nejmra1905136